Hay una organización en la provincia de Jaén que, por muchísimos motivos en los que ahora no voy a entrar, es un modelo a seguir. Me refiero a mis buenos amigos de FEJIDIF (Federación Provincial de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de Jaén).
Los conozco desde el año 2003, cuando comencé a mantener una relación más o menos fluida con ellos por causa de mi trabajo, y desde entonces no han dejado de sorprenderme.
A lo largo de estos años podría haber hablado sobre FEJIDIF en muchísimas ocasiones, dada la frenética actividad de la organización y su estado de efervescencia permanente, pero el motivo por el que saco a FEJIDIF a la palestra, es porque acaban de inaugurar, en colaboración con varias instituciones públicas, el Banco del Tiempo de Jaén.
La iniciativa es bien sencilla: si tu sabes hacer algo, cualquier cosa que se te ocurra, pues lo haces para alguien que necesita esa habilidad, servicio o dedicación. Las horas que dedicas a esa labor pasan a tu cuenta en forma de crédito. Si otra persona ofrece algún servicio que tú necesitas pues le pagas con tu crédito en horas. La moneda desaparece y el valor monetario de los servicios también, quedando sólo tiempo y en concreto la hora como medida universal. Gracias al banco del tiempo tu tiempo vale lo mismo que el de los demás y si yo le dedico a alguien una hora de mi tiempo, alguien me dedicará a mí una hora del suyo.
Como en cualquier banco convencional, se pueden realizar transferencias, en este caso de horas, a otras personas para que éstas las utilicen.
Mi enhorabuena a FEJIDIF y al resto de instituciones que han puesto en marcha esta gran central de intercambio de servicios en especie. Es una iniciativa muy adecuada para los tiempos que corren y una forma muy divertida de fomentar el voluntariado. Y a todos vosotros os animo a abrir ya vuestra cuanta en este singular banco.
Más información en:
Los conozco desde el año 2003, cuando comencé a mantener una relación más o menos fluida con ellos por causa de mi trabajo, y desde entonces no han dejado de sorprenderme.
A lo largo de estos años podría haber hablado sobre FEJIDIF en muchísimas ocasiones, dada la frenética actividad de la organización y su estado de efervescencia permanente, pero el motivo por el que saco a FEJIDIF a la palestra, es porque acaban de inaugurar, en colaboración con varias instituciones públicas, el Banco del Tiempo de Jaén.
La iniciativa es bien sencilla: si tu sabes hacer algo, cualquier cosa que se te ocurra, pues lo haces para alguien que necesita esa habilidad, servicio o dedicación. Las horas que dedicas a esa labor pasan a tu cuenta en forma de crédito. Si otra persona ofrece algún servicio que tú necesitas pues le pagas con tu crédito en horas. La moneda desaparece y el valor monetario de los servicios también, quedando sólo tiempo y en concreto la hora como medida universal. Gracias al banco del tiempo tu tiempo vale lo mismo que el de los demás y si yo le dedico a alguien una hora de mi tiempo, alguien me dedicará a mí una hora del suyo.
Como en cualquier banco convencional, se pueden realizar transferencias, en este caso de horas, a otras personas para que éstas las utilicen.
Mi enhorabuena a FEJIDIF y al resto de instituciones que han puesto en marcha esta gran central de intercambio de servicios en especie. Es una iniciativa muy adecuada para los tiempos que corren y una forma muy divertida de fomentar el voluntariado. Y a todos vosotros os animo a abrir ya vuestra cuanta en este singular banco.
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